Con el alojamiento gestionado, los clientes se benefician de la supervisión y asistencia constantes de administradores de sistemas experimentados, que garantizan que su infraestructura y sus funciones empresariales críticas estén seguras y operativas 24 horas al día, 7 días a la semana.
Por otro lado, el alojamiento no gestionado deja a los clientes a cargo de todos los aspectos de la gestión del servidor, incluida la optimización, la resolución de problemas, la supervisión y la seguridad, mientras que el anfitrión sólo garantiza la funcionalidad básica de la alimentación, la red y el servidor.