Aunque ambos implican la mejora de un sitio web, el rediseño se centra principalmente en mejoras visuales: actualización de diseños, colores, fuentes e imágenes para renovar el aspecto del sitio. La reconstrucción de un sitio web, en cambio, es un proceso más completo que implica cambiar la estructura, el código base y la pila tecnológica del sitio. Una reconstrucción suele ser necesaria cuando el sitio existente está anticuado, es lento o carece de funciones esenciales.